Hasta el santuario de la parroquia Santa Faustina, llegaron niños, jóvenes y adultos para vivir la fe en este día tan especial. El Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, presidió la ceremonia.
Poco a poco comenzaron a llegar los fieles que inundaron de fe el Santuario de la Divina Misericordia de la parroquia Santa Faustina de Colina. La conmemoración comenzó con el rezo de la coronilla y confesiones. Luego se llevó a cabo la eucaristía que fue presidida por el Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós.
“¿Qué es misericordia de Dios?, ¿qué es decir que Dios es misericordioso?, que tenemos un Dios bonachón, un Dios apacible, que no se irrita con nuestros pecados, ¿eso es?, ¿Eso es lo que nos enseña Jesús resucitado? No, nosotros vamos a entender la misericordia de Dios cuando nos pongamos de rodillas ante Cristo crucificado y veamos lo que hemos hecho. El pecado es una ofensa a Dios y por eso es una ofensa a los hermanos, señaló el obispo en su homilía.
Además manifestó: “En la cruz se manifiesta todo el amor de Jesús, todo el amor del padre. Tanto nos ama el padre que ha dado a su propio hijo por nosotros. En la Cruz está la manifestación más grande, el amor de Dios. La misericordia de Dios que nosotros celebramos tiene como condición el reconocimiento de nuestros pecados y la petición del perdón. Quien no reconoce la maldad de su pecado, por muchos ritos hermosos que haga, no puede celebrar la misericordia de Dios”.
Para finalizar monseñor Aós, hizo una invitación a los fieles. “Los invito a que nos adentremos siempre en este misterio de pecado y de gracia. Nosotros sabemos que al final la gracia será más fuerte, al final Cristo tiene la victoria, pero entre tanto tendremos que mirar una y otra vez sus llagas”, finalizó.
Por su parte Cecilia Jiménez, quien está a cargo de la capilla de adoración del Santuario de la Divina Misericordia, se mostró emocionada en este día tan especial para la comunidad. “Estamos festejando nuestro santuario en el día de la Divina Misericordia, es nuestro motivo por el cual se mueve nuestro santuario y es la fiesta más importante para nosotros porque es cuando se abre el cielo y nos inunda de sus gracias, bendiciones, y nos acoge con todo el amor del mundo y nos perdona de nuestros pecados. Es una fiesta maravillosa y lo que nosotros buscamos es acoger a todos los peregrinos, recibirlos, quererlos, escucharlos y llenarlos de amor que es nuestro carisma”, señaló.
También nos comentó sobre el trabajo que realizan con la comunidad. “El día a día en este lugar es extraordinario, el equipamiento que tenemos es súper básico pero la comunidad es francamente extraordinaria. No me cabe ninguna duda de que el Señor está actuando aquí plenamente. Trabajamos con niños, visitamos enfermos, entre muchas otras cosas, hay un gran movimiento pastoral en este lugar”, dijo.
Como es tradición en la comunidad, en el momento de la comunión los celebrantes se arrodillaron en los reclinatorios del templo para recibir el cuerpo de Cristo.
«Deseo que el primer domingo después de Pascua de Resurrección sea la fiesta de la divina misericordia», pidió Santa Faustina en su diario N°299 el año 1931. Y en este lugar de nuestra Arquidiócesis, encabezado por la parroquia Santa Faustina, cumplen su voluntad.
Fuente: Comunicaciones Santiago