¡Atrévete! ¡Peregrina solo o acompañado! ¡Ponte en marcha!
Movilízate…
toma tu mochila, pon en ella tus temores, tus heridas, tus sueños, tus seres queridos lleva una botella con agua y una vacía… sí, ¡vacía! para llenarla con el agua de la gracia que Dios te quiere regalar…toma tu mapa de ruta y parte.