En la Recoleta Franciscana se venera la memoria del Siervo de Dios Andrés Filomeno García Acosta, conocido como Fray Andresito. Fue un laico profeso de la Orden de los Franciscanos, nacido en Islas Canarias el 10 de enero de 1800.
En 1838 llega al convento de la Recoleta Franciscana en Santiago, donde recolectaba limosnas que eran destinadas a la manutención de la orden y también para ayudar a los más pobres del lugar. Colaboró activamente en la edificación del nuevo templo, en 1843, consiguiendo el mayor aporte económico para construir la iglesia.
Debido a sus virtudes de humildad y sencillez, fue admirado y querido por el pueblo y rodeado de una enorme fama de santidad, con la cual muere en Santiago el 14 de enero de 1853.
El 10 de julio de 1855, se exhumaron sus restos y su cadáver fue encontrado incorrupto. En el año 2016, el Papa Francisco lo declara “Venerable”, siendo este el primer paso para la beatificación y posterior canonización.